Conjuntiva
La conjuntiva es la membrana que recubre el ojo y el interior de los párpados. En la conjuntiva se desarrollan diferentes tipos de tumores: benignos como quistes, papilomas y lunares, premalignos y malignos, que pueden afectar a personas de todas las edades.
Las principales causas por las que aparecen este tipo de lesiones son: la exposición al sol, infección por virus de papiloma humano, VIH, tabaquismo e inmunosupresión. En caso de presentar alguna lesión en la conjuntiva es importante y fundamental asistir a una valoración con oftalmólogos especialistas y hacer un debido tratamiento para este tipo de lesiones
- Cirugia de pterigion con injerto autólogo y / o membrana amniótica según lo amerite el caso.
- Resección total o tipo biopsia de las diferentes lesiones conjuntivales benignas o malignas , ya sean tumorales o pigmentadas de la conjuntiva.
Beneficios
La cirugía de la conjuntiva del ojo, que trata lesiones o afecciones en esta membrana ocular, ofrece una serie de beneficios, entre ellos:
Tratamiento de lesiones oculares:
La cirugía conjuntival aborda diferentes tipos de lesiones en la conjuntiva, como quistes, papilomas, lunares y otras afecciones premalignas o malignas. Estos procedimientos ayudan a eliminar o tratar estas lesiones, contribuyendo a la salud ocular a largo plazo.
Preservación de la salud visual:
Al tratar lesiones oculares potencialmente peligrosas o que podrían comprometer la salud visual, la cirugía de la conjuntiva ayuda a preservar la visión y evitar complicaciones mayores que podrían afectar la calidad de vida del paciente.
Enfoque personalizado:
Los procedimientos de cirugía conjuntival se adaptan a las necesidades específicas de cada paciente, ya que cada caso puede ser único. Esta personalización permite abordar de manera más efectiva y precisa las lesiones oculares, minimizando riesgos y maximizando los resultados.
Prevención y seguimiento:
Además de tratar las lesiones presentes, la cirugía conjuntival también puede incluir estrategias preventivas y seguimiento a largo plazo para garantizar que no se produzcan recurrencias o complicaciones posteriores, asegurando así la salud continua del ojo y la conjuntiva.